“Ni en Noruega”: advierten que la extensión del Impuesto PAIS lleva la presión impositiva para inversores por sobre 50%
Aplicar el tributo a dividendos y utilidades se desincentiva la inversión extranjera.
La ampliación del Impuesto PAIS a las operaciones de giro de dividendos y utilidades generó señales contradictorias entre especialistas y empresarios, que por un lado temen la perpetuación de un tributo que es propio de las trabas cambiarias y al mismo tiempo genera una carga impositiva que supera el 50 por ciento. La señal fue vista con preocupación y como un potencial desincentivo a inversiones en el país.
Ayer, el Gobierno estableció a través de un decreto que los giros de utilidades y pagos de dividendos a inversores no residentes en el país estará sujeto al Impuesto PAIS. El tributo también pesará para quienes opten hacer esos pagos a través del Bopreal, el título del Banco Central diseñado para administrar pagos atrasados de importaciones que en su tercera serie encuentra poco interés y desde la semana pasada incorporó a utilidades y dividendos en un intento por captar más tomadores.
Para estas operaciones, Economía fijó una alícuota del 17,5%, la misma que pagan los importadores por las operaciones cambiarias necesarias para hacerse de divisas con las que hacer compras en el exterior.
La semana pasada el Banco Central habilitó el pago de dividendos y giro de utilidades a través de las colocaciones del bono Bopreal. La próxima licitación de esos papeles es esta semana. La medida pareció ser un intento por atraer más suscriptores, ante la falta de interés de los importadores.
Atraer los pagos a accionistas no residentes tiene sentido: se estima en más de USD 6.000 millones el stock de esos pagos que están trabados por el cepo y que esperan una apertura del mercado para poder empezar a fluir. Es una situación similar a la de los importadores y, moverlos a través de un bono, puede ahorrar dolores de cabeza el día en que se eliminen los controles de cambio.
El dinero involucrado para 35% de Impuesto a las Ganancias y otro 7% al giro de dividendos, la base imponible para el Impuesto PAIS es la cifra que queda después de restar esos tributos. Ese monto es el que finalmente llegaría al mercado cambiario y, por lo tanto, la alícuota total es del 50,13 por ciento.
"Lo que ayer me estaban consultando respecto a eso es que aparece una presión fiscal extra. Es una tasa brutal de presión impositiva, es como pagar $1.300 por dólar. El problema además es que tal como está redactado es que le da amplias facultades al Ejecutivo para en un futuro modificar la base imponible y hasta la alícuota. En principio, el Impuesto PAIS tiene fecha de vencimiento pero se puede extender", dijo Salvador Vitelli de Romano Group. "No me deja demasiado tranquilo que cambios impositivos de ese tipo estén a merced del ejecutivo", concluyó.
La autorización es clave dado que hay varias empresas que esperan el momento para distribuir dividendos. Javier Casabal de Adcap Grupo Financiero anticipó que "varios bancos manifestaron su intención de pagar dividendos por esta vía y ya superan los USD 1.000 millones", de acuerdo a comunicaciones de las entidades a inversores a través de la CNV. Serían cuatro bancos: BBVA, Santander, Grupo Financiero Galicia y Macro, indicó.
Otros especialistas tomaron con más calma la novedad, y hasta la recibieron bien.
"Es una mayor carga impositiva, sin dudas. Pero esa mayor carga impositiva es algo transitorio, porque el Gobierno va hacia una unificación del mercado cambiario. En todo caso, veo como algo positivo porque vuelve a permitir el giro al exterior. Quien quisiera no tener ese costo adicional podría esperar a la unificación para hacer el giro", consideró Sebastián Domínguez de SDC Asesores Tributarios.
"Desde el punto de vista de que importaciones de bienes y servicios pagan el Impuesto PAIS, no era imaginable que no se pagara ese impuesto para girar ahora", agregó.
Fuente: Infobae
Edición: Pablo Gabriel Miraglia